Recordando tardes: Veil of Darkness

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Portada de Veil of Darkness para IBM PC y compatibles.

Siempre que me ha dado por recordar un juego, le dedico gran parte del texto a su sistema de juego, música, sonido, etc. Sin embargo, en esta ocasión, voy a recordar cómo llegó a mí y que sentí jugando con él. Refleja más el espíritu de compartir experiencias que pretendo y es algo que el título del que deseo hablar bien merece.

El caso es que en 1993, un año después de que SSI publicara el maravilloso The Summoning, salió al mercado una obra que llevaba sus mecánicas a otro nivel, especialmente por lo maravilloso de su narrativa y excelente ambientación. Por supuesto, me refiero al increíble Veil of Darkness.

Recuerdo que lo compramos entre mi hermano y yo. La caja, en su mayor parte negra, llamaba mucho la atención por ese vampiro con sus colmillos ensangrentados. Sin embargo, el motivo principal que nos llevó a hacernos con él fue que nos había gustado mucho The Summoning y quisimos darle una nueva oportunidad a SSI.

Al llegar a casa y abrir la caja, lo primero que nos llamó la atención fue un grueso manual, pero tampoco fue una sorpresa. Supimos al verlo que lo mejor que podríamos hacer era leerlo. En su juego anterior ya contaban una historia y en Veil of Darkness habían dado un paso más allá. Era alucinante y, en nuestro caso, imprescindible para lo que nos iba a deparar la aventura. Además de servir de excelente complemento al videojuego, siendo una excelente forma de sumergirte en su peculiar universo, contenía los rostros para el sistema anticopia, algo idéntico a su título anterior. Siempre recomendaré a quien desee ponerse con este juego que previamente lea y disfrute de su magnífico manual.

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El lugar del accidente está lleno de peligros y un árbol muy especial.

Llegó el momento de ponerlo en marcha. De repente apareció un texto extraño que, con una voz distorsionada, era imposible comprender. Pasados unos segundos se transformó y una voz lo leyó para dar paso a la animada introducción. La música te ponía los pelos de punta mientras veías lo que le ocurría al protagonista. El tema de la música era algo recurrente, es decir, si bien no llamaba la atención mientras jugabas, siempre aportaba cierto nivel de desasosiego al desarrollarse la aventura.

Una vez en harina nos encontramos con un sistema de juego muy similar al de su anterior título pero con evidentes mejoras, siendo las más destacadas su apartado gráfico y artístico, ahora mucho más detallista y lleno de matices. Su apartado artístico te atrapaba y no podías evitar compararlo con su anterior juego, mucho más parco y árido. Su atención por el detalle era tal que existía una opción para destacar a un tamaño mayor los objetos susceptibles de ser recogidos.

Las conversaciones, con palabras destacadas o secretas que teclear, la gestión del inventario, el peso de los objetos, las armas que se degradan, etcétera, era todo heredado de The Summoning. Aunque eso pudiera parecer una pega, nos ayudó mucho a ponernos en marcha con celeridad. Era todo tan familiar en las mecánicas que el periodo de adaptación fue mínimo. Todo un lujo.

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Las profecías a cumplir aportan pistas aunque, en ocasiones, son algo confusas.

Veil of Darkness nos pareció un juego en que comenzar era relativamente sencillo pero que, llegado a cierto punto, las cosas se ponían bastante cuesta arriba. Aún recuerdo que esperábamos la guía en la famosa Micromanía para poder salir de algún atasco. Por suerte, el título se hizo, en cierto modo, popular entre nuestro círculos de amigos, por lo que no dudábamos compartir nuestros progresos los unos con los otros. Algo que, con la llegada de internet, se ha ido perdiendo.

Queríamos llegar lejos, deseábamos acabar con el Señor Oscuro y las horas pasaban delante del ordenador visitando las localizaciones que íbamos desbloqueando poco a poco, siendo el mapa el modo de cambiar entre ellas. Según avanzábamos en la historia todo se iba complicando: los puzles, los enemigos y cumplir las profecías que consultábamos cada dos por tres. Vimos morir a nuestro personaje en más de una ocasión y cargar partidas anteriores era algo recurrente cuando no encontrábamos una salida.

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La tasca siempre está concurrida y merecerá más de una visita.

Los enemigos eran excesivamente variados aunque lo suficiente para no hacerse repetitivo. Además, son los acertijos y los puzles los que tienen más protagonismo, sin duda, gracias a un sistema de diálogos muy pulido y, en nuestra opinión, muy acertado.

Llegar hasta el final no es fácil, aunque nadie nos había dicho que acabar descorriendo el Velo de la Sombra fuera a ser un camino de rosas.

Siendo honesto hoy en día, no puedo más que recomendar este juego de rol como ningún otro. Quizá no tenga el sistema de combates mejor resuelto, por poner un ejemplo de lo negativo, pero su amor por el detalle a la hora de hacernos ser parte de la propia historia no tiene precio. Merece la pena darle una oportunidad a un título como los que ya no se hacen. Confía en mí.

Gracias al portal Abandonsocios he podido rescatar ese manual que perdí hace mucho tiempo. Gracias por dedicarle sus usuarios tanto cariño a este Veil of Darkness.

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