Recordando tardes: Castle Master

Portada de Castle Master

Portada de Castle Master

Imagina la típica historia de princesa raptada por dragón y principe que sale en su ayuda. Ahora haz un esfuerzo más y sueña con vivir en primera persona esa aventura. Pues eso mismo es lo que pensaron en Teque Software Development en 1990. Gracias a Castle Master, juego publicado originalmente por Incentive Software, tienes la oportunidad de demostrar tu valentía e inteligencia en multitud de plataformas (ZX Spectrum, Commodore 64, Amstrad CPC, Commodore Amiga, Atari ST e IBM PC).

Como decía al principio, la historia de Castle Master es sencilla: rescatar al príncipe o la princesa de manos del dragón. Y sí, has leído bien, pues al comienzo del juego podrás elegir con qué personaje jugar, por lo que el otro será el rescatado por nuestra parte. Si bien la elección de personaje no tiene grandes consecuencias a nivel de juego (salvo algún objeto que varía de ubicación), es un detalle curioso que nos dieran la oportunidad de identificarnos mejor con el protagonista.

A punto de entrar en el fatídico castillo

A punto de entrar en el fatídico castillo

¿Qué debemos hacer para salvar a nuestra persona amada? Recorrer todo un castillo, completamente en 3D y en primera persona, hasta dar con ella. Para ello tendremos que enfrentarnos con laberínticas localizaciones, puzles que nos harán pensar y acabar con todos los espíritus ocultos para así podernos enfrentar al jefe de todos ellos.

Por el camino nos encontraremos con llaves, alimentos para recuperar energía, así como otros objetos y tesoros. Además, podremos caminar, correr o gatear para colarnos por los huecos más inverosímiles, así como para encontrar objetos ocultos en recovecos.

Para poder pulsar ciertas palancas, además de poder hacer frente a los espíritus, disponemos de un infinito arsenal de piedras. A lo largo del juego no tendremos otra arma con la que defendernos, pero pronto nos daremos cuenta de que tampoco necesitaremos mucho más.

Matando espíritus a pedradas

Matando espíritus a pedradas

En su momento lo jugué muchísimo en mi viejo Amstrad, y se dejaba disfrutar gracias a la posibilidad de poder utilizar el ratón, ideal para poder apuntar con comodidad. El hecho de poder cambiar el uso de teclado y ratón, hacen que se pueda jugar sin sufrir demasiado lo tosco de su primitivo control. Además, los dos botones del ratón son funcionales, ya que co uno lanzamos piedras y con el otro podemos recoger e interactuar con objetos del entorno.

Si eres capaz de hacerte con su especial forma de desplazamiento, seguro que conseguirás disfrutar de esta curiosa aventura. Por cierto, me gustaría decir que nunca lo he llegado a completar, aunque gracias a una guía de la mítica Micromanía, aquella de formato sábana, conseguí llegar realmente lejos.

Ah, y como siempre, os dejo con un vídeo donde se puede observar mi torpeza 😛

Deja un comentario